Nuestro Pan Diario |
¡ESTAMOS EN LAS REDES SOCIALES! Posted: 26 Sep 2011 09:01 PM PDT |
Posted: 26 Sep 2011 09:00 PM PDT Lectura: Romanos 12:3-13. "Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones" 1 Pedro 4:9 En el Nuevo Testamento, la hospitalidad es un distintivo de la vida cristiana. Se enumera como una de las características de los líderes de la iglesia (1 Timoteo 3:2; Tito 1:8) y es un mandato para todo seguidor de Jesús, como una expresión de amor (Romanos 12:13: 1 Pedro 4:9). Pero su significado va más allá de que seamos anfitriones bondadosos o de que ofrezcamos nuestra casa a invitados. La palabra griega traducida «hospitalidad» significa «amor a extraños». Cuando Pablo habla de estar «practicando la hospitalidad» (Romanos 12:13), está llamándonos a procurar relacionarnos con personas necesitadas. No es una tarea fácil. El escritor Henri Nouwen lo compara a alcanzar a aquellos con quienes nos cruzamos en el camino de la vida: personas que tal vez estén lejos de sus culturas, sus países, sus amigos, sus familiares o incluso de Dios. Nouwen escribe: «Por lo tanto, la hospitalidad se refiere primordialmente a la creación de un espacio libre donde el extraño pueda entrar y convertirse en amigo en vez de enemigo. La hospitalidad no debe cambiar a las personas, sino ofrecerles un lugar donde pueda producirse un cambio». Ya sea que habitemos en una casa, en un dormitorio universitario, en una celda de la cárcel o en una barraca militar, podemos dar la bienvenida a otros, como una forma de demostrar nuestro amor a ellos y a Cristo. Hospitalidad es hacer lugar a los necesitados. Reflexión: La hospitalidad puede llenar el vacío de un corazón solitario. LA BIBLIA EN UN AÑO: Isaías 3–4. Gálatas 6. |
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