Nuestro Pan Diario |
Posted: 14 Dec 2011 08:00 PM PST Lectura: Santiago 4:1-10. Durante una entrevista en un programa de televisión, una artista famosa confesó que gastaba miles de dólares y cientos de horas todos los años en artículos para el cabello y en la peluquería. Reconocía que eso se había convertido en una adicción y admitía que tenía un problema de «sumisión al cabello». La palabra sumisión significa «entrega a la autoridad o el control de otro». Debido a su deseo de lucir y sentirse hermosa, esta celebridad permitía que su cabello le controlara la vida. La historia de esta mujer podría hacer que nos preguntemos cuáles son los deseos de nuestro corazón y a qué nos estamos sometiendo. ¿Hay a veces cosas que deseamos tanto que nos subordinamos a hacer lo que sea con tal de conseguirlas? ¿Nos rendimos ante la admiración, las posesiones, el yo, la comida, el dinero, el placer? En su Epístola a los Romanos, Pablo dijo: «… si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis…» (6:16). Cuando nuestros deseos «combaten» en nuestro interior (Santiago 4:1), debemos someternos al Señor como «siervos de Dios» (Romanos 6:22). Humillarnos delante del Señor (Santiago 4:10) y pedirle que nos muestre cómo está nuestro corazón nos ayudará a reconocer si tenemos problemas de sumisión. Reflexión: La verdadera libertad no es elegir nuestro propio camino, sino someternos al camino de Dios. LA BIBLIA EN UN AÑO: Amós 1–3. Apocalipsis 6. |
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