Nuestro Pan Diario

Posted: 18 Jan 2012 08:00 PM PST

Lectura: Proverbios 30:5-9.

"Ningún siervo puede servir a dos señores […]. No podéis servir a Dios y a las riquezas" Lucas 16:13

Un residente del estado de Illinois pidió a su jefe que le rebajara dos tercios del sueldo para quedar por debajo del nivel de pobreza. Su razonamiento fue que si se volvía pobre, no tendría que pagar impuesto sobre la renta, y que, por consiguiente, no estaría obligado a apoyar políticas militares con las que no estaba de acuerdo. Eso haría que fuera más coherente en la práctica de sus creencias. Un amigo íntimo comentó "Está profundamente comprometido con la justicia y con la paz, y creo que esa es su forma de ponerlo en práctica".

No estoy sugiriendo que imitemos su ejemplo, pero se trata de una persona que no quiere que el dinero lo aleje de sus ideales. Me recuerda a Agur, el sabio escritor de Proverbios 30, que expresó preocupación porque entre nosotros y nuestro compromiso con Dios puede interponerse la abundancia o la falta de riquezas.

Así que, tenemos que considerar el asunto del dinero. El residente de Illinois renunció a parte de él. Agur no quería tener ni demasiado ni muy poco (Proverbios 30:7-9); Jesús lo utilizó (Juan 13:29); a Pablo le daba igual (Filipenses 4:11,12); el joven rico se aferró mucho a él (Lucas 18:23); Ananías y Safira murieron porque mintieron a Dios al respecto (Hechos 5).

¿Y qué de nuestra relación con el dinero? ¿Lo usamos sabiamente o nos controla? ¿Es nuestro siervo o nuestro amo? No podemos servir a Dios y a las riquezas (Lucas 16:13).

Reflexión: El dinero es un buen siervo, pero un amo tremendamente malo.

LA BIBLIA EN UN AÑO: Génesis 46-48. Mateo 13:1-30.